Deja que el mal vaya hacia ti. Todo el mal que recibas, es una oportunidad que se te ofrece para que hagas una obra de amor, convirtiéndolo en bien.
Recuerda que tú mismo sembraste las espinas que te lastiman al pasar. Así,
no guardes rencor al que te perjudique. No la aumentes con la ruin venganza. No trates de descargar sobre otros tu carga de dolor. Sonríe siempre ante los demás, aunque sufras. Haz en lo posible la felicidad de los que te rodean.
Aprovecha toda circunstancia para hacer un bien. Descubre siempre el mejor
aspecto de la Vida, para que sereno, puedas ascender libremente. Toda materia tiende a ser Espíritu. Toda tiniebla, Luz. Sé el Taumaturgo que convierte lo inferior en
superior, por el empleo constante de tus facultades más elevadas.
Rodea con todo el amor y ternura de tu corazón, todo lo que está a tu alcance. Haz siempre lo más y lo mejor que puedas. Y ante todo, haz sólo lo que sepas que es un bien.
Para alegrar y disipar el mal, basta la sola presencia del Bien.
Sé un brazo más que ayuda a la humanidad en su ascensión.
Contribuye a despertar el sentimiento de solidaridad.
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