La cinta Rosa
La Cinta "ROSA"
Un hombre atractivo, de mediana edad,
entró en un café y se sentó.
Antes de ordenar, no pudo evitar darse cuenta
que un grupo de hombres más jóvenes,
que bebían en una mesa cercana a la suya,
se reían de él...
No fue hasta recordar que llevaba
una pequeña cinta rosada en la solapa
de su chaqueta que se percató
de lo que se trataba el asunto...
El hombre no le dio mayor importancia,
pero la insistencia de las risas vecinas
comenzó a molestarle. Miró a uno de los
hombres directamente a los ojos,
se llevó el dedo a la solapa
y apuntó a la cinta:
-¿Esto? -
Con ese gesto todos los hombres
en esa mesa se rieron abiertamente...
El hombre al cual dirigió la mirada le dijo:
— Disculpa, amigo, pero estábamos
— Disculpa, amigo, pero estábamos
comentando lo lindo que te ves con
esa cinta rosada en tu chaqueta. —
Con toda calma, el hombre hizo
un gesto de invitación al bromista para
que se acercara y se sentara en su mesa.
Aunque se sentía bastante incómodo,
el hombre más joven se acercó y se sentó.
El hombre mayor,
con voz muy calmada le dijo:
—Llevo esta cinta para llamar la atención
y tomar en cuenta el Cáncer Mamario. —
— La llevo en honor a mi madre —.
— Lo siento, amigo.
— La llevo en honor a mi madre —.
¿Murió ella de cáncer mamario? —
— No. Ella está sana y bien.
Sus pechos me alimentaron cuando era
Sus pechos me alimentaron cuando era
un bebé y fueron albergue cuando
tuve miedo o me sentí solo en mi niñez.
Estoy muy agradecido por los
pechos de mi madre y por su salud. —
— Entiendo — respondió el otro...
—Ya veo. Y supongo que también
—Ya veo. Y supongo que también
lleva la cinta para honrar a su hija. —
— No. Es muy tarde para eso.
— No. Es muy tarde para eso.
Mi hija murió de cáncer mamario
hace un mes.
Ella pensó que era demasiado joven
Ella pensó que era demasiado joven
para tener cáncer,
por lo que cuando accidentalmente
notó una pequeña protuberancia,
la ignoró. —
— Ella pensó que como no le causaba
— Ella pensó que como no le causaba
molestia o dolor,
no había de qué preocuparse. —
Conmovido y avergonzado,
el extraño dijo:
— Lo siento, señor. —
es que llevo esta pequeña
cinta con orgullo.
Eso me da la oportunidad
para hablar con otros.
Cuando vuelvas a casa
habla con tu esposa,
tus hijas, tu madre, tus hermanas,
y aun tus amigas sobre esto. —
— Aquí tienes..
.— agregó el hombre mientras buscaba
en su bolsillo y le entregaba
una pequeña cinta rosada.
Éste la tomó, la miró, lentamente
levantó la cabeza y le dijo:
¿Podría ayudarme a ponerla?
¿Podría ayudarme a ponerla?
Comentarios
Publicar un comentario